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En forma más simple, se puede definir como la percepción que los miembros de la
institución escolar tienen respecto del ambiente en el cual desarrollan sus actividades
habituales. Tales percepciones, se basarían en la experiencia que el propio individuo
desarrolla en la interacción.
El clima de una organización nunca es neutro, siempre impacta, ya sea actuando como
facilitador u obstaculizador del logro de los propósitos institucionales. En términos
generales, los climas escolares positivos o facilitadores del desarrollo personal son
aquellos en que se facilita el aprendizaje de todos quienes lo integran.
Los profesores y alumnos tienen condiciones que les permiten mejorar en forma
significativa sus habilidades, conocimiento académico, social y personal.
Respeto:
Los profesores y alumnos tienen la sensación de que prevalece una atmósfera de respeto
mutuo en la escuela
Confianza:
Se cree que lo que él otro hace está bien y lo que dice es verdad.
Moral Alta
Profesores y alumnos se sienten bien con lo que está sucede en la escuela. Hay deseos de
cumplir con las tareas asignadas y las personas tienen autodisciplina…
Cohesión
La escuela ejerce un alto nivel de atracción sobre sus miembros, prevaleciendo un espíritu
de cuerpo y sentido de pertenencia al sistema.
Oportunidad de Input
Por el contrario, los climas escolares negativos u obstaculizadores del desarrollo de los
actores de la comunidad educativa, generan estrés, irritación, desgano, depresión, falta de
interés y una sensación de agotamiento físico. Desde la perspectiva de los profesores, un
clima negativo desvía la atención de los docentes y directivos, es una fuente de
desmotivación, disminuye el compromiso de éstos con la escuela y las ganas de trabajar,
genera desesperanza en cuanto a lo que puede ser logrado e impide una visión de futuro
de la escuela. En los estudiantes un clima negativo puede generar apatía por la escuela,
temor al castigo y a la equivocación. Además estos climas vuelven invisibles los aspectos
positivos, por lo tanto, provocan una percepción sesgada que amplía los aspectos
negativos, volviéndose las interacciones cada vez más complejas.
Microclimas en la Escuela
En términos generales, un Clima de Aula facilitador del desarrollo personal de los niños y
niñas, es aquel en que los estudiantes perciben apoyo y solidaridad de parte de sus pares
y profesores, se sienten respetados en sus diferencias y falencias, así como identificados
con el curso y su escuela.
Diversas investigaciones se han referido a factores que influyen sobre las percepciones de
los estudiantes al interior del aula. Entre ellos se encuentran aspectos como:
Percepción y expectativas del profesor hacia sus estudiantes: sin duda el Clima de Aula se
verá influenciado por las percepciones que tenga el docente respecto a las capacidades,
actitudes y comportamientos que presentan los alumnos. En un aula se “respira” un aire
distinto cuando el profesor considera que los estudiantes tienen la capacidad y
potencialidad de aportar de manera significativa; que su diversidad es un recurso y no un
problema; cuando percibe que es posible superar con ellos las dificultades; que ellos
están motivados por adquirir conocimientos; que su inquietud puede ser canalizada
como recursos para aprender y crear; entre otras.
También las descripciones y valoraciones que los estudiantes hacen acerca de las
habilidades, destrezas, carisma, nivel de conocimiento del docente, entre otras, afectarán
la percepción de sus relaciones al interior del Curso. Lógicamente, las percepciones con
connotación positiva tenderán a vincularse con mejores Climas de Aula.
Incorporación de la(s) cultura(s) juvenil(es) a la dinámica escolar: los resultados del estudio
dan cuenta de que todos los esfuerzos que apunten a incorporar las vivencias de los
jóvenes, sus intereses, sus prácticas juveniles extraescolares, su lenguaje, sus “formas de
ser” tendrán efectos positivos sobre el clima escolar de los liceos.
Las siguientes acciones podrían ser buenas propuestas para mejorar el clima escolar.
Tratar a los profesores como profesionales, docentes que saben que de ellos se espera
una constante formación y perfeccionamiento desde una confianza en sus capacidades,
pueden visualizarse a sí mismos como profesionales con potencialidades de crecimiento y
reconocimiento, y que pueden marcar una diferencia en la escuela.
La Convivencia Escolar es la capacidad que tienen las personas de vivir con otras en un
marco de respeto mutuo y de solidaridad recíproca, expresada en la interrelación
armoniosa y sin violencia entre los diferentes actores y estamentos de la Comunidad
Educativa.
A diferencia del clima escolar, esta tiene relación con las interacciones entre las personas
que integran una Comunidad Educativa, mientras que el clima con la atmósfera que
construyen juntos. Estas dos están íntimamente relacionadas, no se puede hablar de una
sin la otra, la convivencia entre las personas llevan al clima que generan, si queremos
mejorar el clima escolar, tenemos que empezar desde su origen; o sea, las relaciones. La
convivencia escolar es la base de la formación ciudadana y constituye un factor clave de la
formación integral de los estudiantes; de ahí la relevancia de gestionarla adecuadamente
y de fortalecer la formación en este ámbito. La gestión formativa de la convivencia escolar
constituye la forma más efectiva de prevención de la violencia escolar.
Abordar este tema -y las prácticas que conlleva- se está haciendo cada vez más necesario,
tanto por lo que significa aprender en un entorno tranquilo, distendido y amable, como
por las consecuencias que tiene aquello en los resultados de aprendizaje; los estudiantes
aprenden más y mejor cuando están en un ambiente donde las normas están claras y se
cumplen, donde la violencia de todo tipo ha sido erradicada.
y de la educación
Cabe señalar que para lograr una convivencia escolar armónica, se debe enseñar a los
niños y niñas a abordar los conflictos constructivamente, ya que contribuye el logro de un
mejor aprendizaje y la aceptación y/o respeto de diferencias de opiniones, es decir, se
incrementan las estrategias para resolver conflictos, como una forma de mejorar el clima
dentro del aula.
Si se aprende a abordar los conflictos, estos pueden convertirse en una oportunidad para
conocer nuestras debilidades y fortalezas y las de la otra parte. Pero para transformar el
conflicto en algo positivo, es necesario cambiar los paradigmas que habitualmente
asocian el conflicto con aspectos negativos y aceptar la diversidad de opiniones con
respeto y tolerancia.
Según investigaciones gran parte de la violencia se explica por desconfianza que tienen
los niños –agresores y víctimas- en la escuela y sus familias. Una de las medidas que se
deben tomar es que las escuelas integren a toda la comunicada escolar en los planes para
combatir la violencia, incluyendo también a los padres.
Esto, porque así todos los actores sabrán los protocolos de acción, y al ser públicos, habrá
más confianza en los debidos procesos en caso de ataque. Es importante también
conocer los perfiles de los estudiantes para que se trabaje en prevenir los episodios con
alumnos que presentan más problemas.
Las formas de hacer frente a estos desacuerdos o tensiones se desarrollarían desde una
perspectiva confrontacional en desigualdad de condiciones para los jóvenes, aumentando
sus niveles de insatisfacción lo que agudizaría los conflictos entre las partes.
Es por ello, que se hace necesario entregar herramientas que inviten a toda la comunidad
escolar a reinventar y construir en conjunto una nueva mirada acerca de la convivencia
escolar, ya que ésta no sólo debe enfocarse en los estudiantes , sino que debe incluir a los
diferentes actores que conforman una comunidad educativa, ya que una adecuada
convivencia escolar, no sólo contribuye a mejorar las relaciones interpersonales de los
diferentes actores que participan en el contexto educativo, sino que también contribuye a
alcanzar los aprendizajes esperados y el éxito académico en los estudiantes.
Normalmente, el conflicto se evita u oculta y sólo sale a la luz pública cuando estalla en
una situación de crisis o momento de quiebre y agresión entre determinados actores. Las
situaciones de crisis son partes de un conflicto, pero no constituyen la totalidad del
conflicto, corresponden a momentos de tensión donde éste se evidencia, como un
síntoma o expresión que calificamos negativamente, constituyendo el punto de inicio
donde comenzamos el análisis y la intervención.
El Mediador debe indagar cuáles son las causas para poder descubrir qué es lo que está
en juego en cada problema. El origen o causa del conflicto puede estar en los siguientes
motivos los que con frecuencia se superponen: los bienes en juego, los principios en
juegos y las relaciones interpersonales implícitas.
Bienes en Juego
Son las cosas con un valor material; en conflictos escolares los ejemplos aplicables
podrían ser: juguetes, libros, materiales de colegio etc.
Principios en Juego
Se distinguen los principios de los valores, pero los unos fundamentan a los otros,
entrelazándose; en conflictos escolares podrían ser valores morales, categorías sociales,
credos religiosos, tendencias políticas, notoriedad personal etc.
A veces los principios son más importantes que los bienes materiales. A través de la
historia, conocemos casos de personas que han dado su vida por un ideal o por
principios a los cuales han adherido de un modo firme y no aceptan discutir ni avenir
sobre ellos en forma alguna. Dichas actitudes prueban que en ocasiones son
innegociables. . Sin embargo, estos principios son modificados por el transcurso del
tiempo por lo que paulatinamente se van transformando en negociables.
Por supuesto algunas cuestiones por ser más objetivables, resultan más sencillas; por
ejemplo, si escuchamos a una parte, también escuchamos a la otra. Si damos intervención
al letrado de una, también a la de la otra; mantendremos igual cantidad de reuniones
privadas con todas. Pero hay otra cuestión, mas subjetiva que significa atender a los
tiempos de las personas, a la situación emocional con que concurren a la mediación, y a
sus aptitudes cognitivas o competencias lingüísticas, y que por eso es muy difícil y
quizás en algunos casos inadecuados, pensar que debemos realizar intervenciones
simétricas bajo la misma modalidad, que no hacen más que agravar la desigualdad. Lo
importante es que todos los que concurran a la mediación puedan sentir, y debemos
confirmar si esto es así y honrarlo,” el mediador trabaja para todas las partes por igual .
El Territorio en Juego
Se refiere tanto al espacio geográfico como al espacio en su sentido psicológico. Por
ejemplo, se le ofrece ayuda en una tarea a un compañero de curso, que se niega a
recibirla. No acepta compartir su espacio por temor a perder protagonismo, ser excluido o
superado.
¿Cómo se soluciona un conflicto en el cual una persona se siente atacada en su
territorio? Consiguiendo para el desplazado un nuevo espacio seguro, que no lo afecte en
su desarrollo en el logro de sus objetivos.
Las relaciones humanas son muy importantes y a menudo son difíciles de conservar, por
ello causan conflictos, Una gran diferencia de poder en la relación, suele provocar que el
más fuerte trata de imponer su voluntad al más débil. En esta situación de total
impotencia, el más débil se ofende y trata de resistirse porque siente que no tiene el
control de su vida.
Contratos psicológicos
Choque de personalidades
Ocurre cuando una persona no llega a entender a la otra o que quizás la entienda, pero
que no quiera vincularse con ésta, porque considere que no es importante esta relación
para la actividad que desarrolla, porque no le cae bien, porque lo ve como su potencial
rival, por prejuicios, etc. ¿Cuál es la solución para estos casos? Se aconseja motivar a las
partes de forma tal, que se animen a afrontar sus desavenencias, para que admitan la
existencia de las mismas, las causas que las provocan, llegando al origen.
El Mediador, para solucionar las diferencias, los hará analizar las respectivas
personalidades, para que se comprendan y trabajen armónicamente, respetando sus
diversas cualidades de un modo positivo.
La violencia
Semejante a otras expresiones de violencia, quizás con mayor claridad en este caso,
existen varios involucrados: quien(es) comete(n) el hostigamiento, quien(es) es (son)
víctima(s) y los espectadores, que pueden asumir roles pasivos o activos. etc.
Es necesario precisar que no sólo los y las estudiantes desempeñan estos roles, también
los adultos que no intervienen a tiempo y aquellos que minimizan o trivializan estas
conductas, sin comprender el daño que provoca en todos los involucrados. Ambos tipos
de espectadores actúan como refuerzo de la conducta hostigadora, lo que refuerza la
necesidad de tomar decisiones que involucren a la totalidad de la Comunidad Educativa.
Es necesario precisar que no sólo los y las estudiantes desempeñan estos roles: también
los adultos que no intervienen a tiempo y aquellos que minimizan o trivializan estas
conductas, sin comprender el daño que provoca en todos los involucrados. Ambos tipos
de espectadores actúan como refuerzo de la conducta hostigadora, lo que refuerza la
necesidad de tomar decisiones que involucren a la totalidad de la Comunidad Educativa.
Existen diferentes metodologías que los educadores pueden optar. Más allá de la
conocida vía disciplinaria están los Métodos Alternativos de Resolución de Conflictos. En la
vía disciplinaria encontramos el reglamento que establece una penalidad para los
alumnos que incumplen las normas ya establecidas. En este proceso no existe diálogo y
el poder recae en la persona que tiene autoridad, la cual hace respetar las normas
preestablecidas en el centro educativo.
Fuera de la vía disciplinaria existen las vías alternativas de resolución de conflicto. Las más
conocidas son la Negociación, Arbitraje y Mediación.
Negociación
Realizada entre las partes involucradas en un conflicto, sin intervención de terceros, para
que los implicados entablen una comunicación en busca de una solución aceptable a sus
diferencias; la solución se explicita en un compromiso.
Arbitraje
Este procedimiento será guiado por un adulto que proporcione garantías de legitimidad
ante la Comunidad Educativa, con atribuciones en la institución escolar quien, a través del
diálogo, la escucha atenta y reflexiva de las posiciones e intereses de los involucrados,
indaga sobre una solución justa y formativa para ambas partes. La función de esta
persona adulta es buscar una solución formativa para todos los involucrados sobre la
base del diálogo y de una reflexión crítica sobre la experiencia vivenciada en el conflicto.
Conciliación
Es un mecanismo de solución de conflictos a través del cual, dos o más personas
gestionan por sí mismas la solución de sus diferencias, con la ayuda de un tercero neutral
y calificado, denominado conciliador. La conciliación es un procedimiento con una serie
de etapas, a través de las cuales las personas que se encuentran involucradas en un
conflicto desistible, transigible o determinado como conciliable por la ley, encuentran la
manera de resolverlo a través de un acuerdo satisfactorio para ambas partes.
Mediación
Una persona o grupo de personas, ajenas al conflicto, ayuda a los involucrados a llegar a
un acuerdo y/o resolución del problema, sin establecer sanciones ni culpables. El sentido
de la mediación es que todos los involucrados aprendan de la experiencia y se
comprometan con su propio proceso formativo. Es importante tener presente que no es
aplicable la mediación cuando ha existido un uso ilegítimo de la fuerza o el poder, porque
esta estrategia no está orientada a sancionar conductas de abuso.